Nacida en Ucrania, Berta Blejman llegó a Argentina con sus padres y hermanos en 1905; se instalaron en la ciudad de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. En 1924 se casó con Sansón Drucaroff y se trasladó a Colonia Rivera, donde nacieron sus tres hijos.
Trabajaron y fueron activos dirigentes comunitarios. En 1935 la familia se instaló en Buenos Aires, donde Berta se unió a las organizaciones antifascistas para ayudar a los republicanos y, posteriormente, a los aliados.
Se unió a la sección de habla ídish del Partido Comunista y, en 1950, se convirtió en la presidenta de la Organización Femenina del ICUF. Fue una destacada promotora de los círculos de lectura (leyen krayzn) y de la actividad política y cultural de las mujeres judías progresistas. Su formación autodidacta en teoría marxista y derechos de la mujer se reflejó en numerosas publicaciones del entorno del ICUF.
Vida temprana y educación
Berta Blejman nació en Colonia Ingulietz (ahora conocida como Ingulec), en la gobernación de Gershon, en el Imperio Ruso (ahora Ucrania), el 15 de mayo de 1903. Era la menor de seis hermanos y tenía dos o tres años cuando la familia llegó a Argentina en 1905. Se trasladaron a Bahía Blanca, una ciudad industrial del sur de la Provincia de Buenos Aires con una importante comunidad judía. Su padre, Jaime Blejman (1855-1936), trabajaba como obrero metalúrgico y su madre, Eva Shoj (1874-1957), se ocupaba del hogar y de los niños. Llevaban una vida muy humilde y tenían que trabajar duro para sobrevivir y no podían aprender español. Sin embargo, en su tiempo libre, Jaime frecuentaba la biblioteca de Bahía Blanca, donde leía un libro en ruso cada semana, y Eva aprendió a leer en íddsh, a pesar de las interminables tareas domésticas.
Aunque todos los hermanos de Berta fueron a la escuela primaria, tuvieron que trabajar desde pequeños para ayudar a la familia. Antes de emigrar, su hermana Fanny, quince años mayor, había trabajado con los revolucionarios populistas para derrocar al zar. En Argentina, Fanny animó a Berta a leer y estudiar, y le sirvió de modelo. Sin embargo, murió inesperadamente de un ataque al corazón a la edad de 30 años. Su muerte fue muy traumática para Berta, de quince años.
Berta cursó un bachillerato de formación docente y se graduó como maestra de escuela pública. Soñaba con estudiar psicología infantil y pedagogía en la universidad, pero su matrimonio con Sansón Drucaroff en 1924 cambió sus planes. Su marido, tres años mayor que ella, acababa de graduarse como dentista, y la pareja se trasladó a Colonia Rivera en busca de oportunidades laborales. Esta colonia agrícola, situada en el límite de las provincias de Buenos Aires y La Pampa, fue fundada en 1904 por iniciativa de la Jewish Colonization Association (JCA – Asociación para la Colonización Judía). Con la ayuda de sus familiares, la joven pareja alquiló una pequeña casa y montó un consultorio odontológico, donde Sansón ejercía y Berta lo asistía. Sus tres hijos nacieron en Rivera: Simón en 1925, Ofelia en 1926 y Leda en 1930. En 1934, debido a una enfermedad, Berta viajó por primera vez a la capital de Buenos Aires y quedó impresionada por la gran ciudad, adonde el matrimonio se trasladó con sus hijos pequeños en 1935.
Vinculación con el comunismo
Berta y Sansón participaron en la fundación del Centro Cultural Judío de Rivera y participaron activamente en grupos idishistas vinculados al Partido Comunista. Sansón consiguió sus primeros pacientes en Buenos Aires, gracias a sus contactos con los sectores judíos progresistas de habla ídish. La mayoría de sus pacientes eran simpatizantes de la Comintern (Internacional Comunista) quienes, a partir de 1937, se incorporaron al Idisher Cultur Farband (ICUF – Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina), la más radical de las diversas organizaciones judías de izquierda de Argentina. Sansón se lanzó al activismo antifascista y en 1936 viajó a la URSS. Fueron meses muy difíciles para Berta, porque no tenían dinero y los tres hijos enfermaron.
Un día, dos mujeres desconocidas llamaron al timbre de Berta. Le explicaron que eran miembros del Partido Comunista y le hablaron de sus ideales y del importante papel de las mujeres en la política de emancipación. La invitaron a las reuniones de mujeres del Partido: «Si su marido, el Dr. Drucaroff, se afilió al Partido, ¿por qué no usted?», le preguntaron. Su hija Leda lo recuerda:
Por primera vez en su vida, mi madre descubrió que, como mujer, podía hacer algo más que preparar un borsch, limpiar, servir el desayuno, ayudar a mi padre en la oficina, abrir la puerta a los pacientes, planchar, cuidar de sus hijos. Así que aceptó y llenó los formularios de inscripción. Sin embargo, cuando llegaron las seis de la tarde y mi padre regresó, y estaba a punto de irse de nuevo a una reunión del Partido, mi madre le dio la noticia. Él se quedó asombrado y solo atinó a preguntar: «¿Qué vas a hacer allí?». Su respuesta fue: «Si vos puedés ser miembro del Partido, yo también. Las mujeres también tienen derecho a integrar un movimiento y a desempeñar un papel importante en la sociedad. He estudiado para enseñar. Esta es mi oportunidad de hacer algo por los demás y por mí misma”. Mi padre se sorprendió mucho, pero no pudo decir nada. Mi madre me contó esta historia muchos, muchos años después[1].
Así, Berta comenzó su comprometida militancia en la sección de habla ídish del Partido Comunista y de los sectores progresistas, mientras seguía ocupándose de sus hijos y de las tareas del hogar. Durante la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, el número de mujeres en las organizaciones antifascistas aumentó constantemente, y las responsabilidades asignadas a Berta, que dominaba perfectamente el ídish y el español, crecieron en tamaño y alcance. Comenzó a leer incesantemente a Marx, Lenin, Gorki y otra literatura europea de izquierda, tarea que continuó durante toda su vida.
Berta escribió muchos artículos para periódicos y revistas judías progresistas, participó en actos partidistas y fomentó las reuniones de mujeres. Pronto Berta y Sansón comenzaron a llevar a sus tres hijos a las reuniones nocturnas. Su hija Leda recuerda las interminables charlas de «teoría marxista» que, de niños, tenían que escuchar durante horas, en sillas incómodas y en silencio.
A principios de la década de 1940, Berta se convirtió en una de las líderes de la Comisión de Mujeres Israelitas en Solidaridad con los Aliados. La Comisión tenía 25 sucursales en Buenos Aires y 18 en las provincias, con 42 talleres de costura y tejido, y sus campañas de ropa para la gente de Stalingrado llegaron a 5000 mujeres. Cosieron 5 000 faldas, 3 000 pares de pantalones y 2 000 vestidos para el quinto envío de ropa a la URSS, en 1943.
Organización Femenina del ICUF
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres que habían dirigido estas organizaciones de ayuda volcaron su activismo en el trabajo de las mujeres en las instituciones del ICUF: comisiones escolares, el campamento de verano de Zumerland para niños, el legendario Idisher Folks Teater (IFT, Teatro Popular Idishista) y, sobre todo, los círculos de lectura (leyen krayzn) en idish y español. Los leyen krayzn en las instituciones del ICUF, concebidos por Berta como «verdaderas Universidades para elevar la cultura de las mujeres», sentaron las bases para la creación de la Organización Femenina del ICUF.
La Organización Femenina del ICUF (OFI) fue creada el 15 de julio de 1947, presidida por Catalina Perelshtein, a quien sucedió Berta Blejman Drucaroff en 1950. Integrada por notables mujeres judías progresistas, artistas, docentes e intelectuales, la OFI fue una organización paralela a la Unión de Mujeres Argentinas (UMA), de carácter comunista. A través de su revista, Di idishe froi (La mujer judía), la organización abogaba por la importante labor de las mujeres como madres, la paz en Oriente Medio, la educación de mujeres y niños, el desarrollo cultural general de las mujeres, y el reconocimiento de los países socialistas y el nuevo lugar igualitario de las mujeres en esas sociedades.
En 1957, la OFI celebró en Buenos Aires el Primer Congreso de la Organización Femenina del ICUF con la participación de delegaciones de Brasil y Uruguay. Berta, como presidenta, recibió a 500 activistas de todo el país y pronunció el discurso inaugural destacando, con gran erudición, la lucha histórica y universal de las mujeres. Aunque la mayoría de las mujeres hablaban ídish, reafirmaron su condición de ciudadanas de los países en los que vivían, una postura muy importante para todos los grupos judíos progresistas. A pesar de su profundo compromiso con el país, Berta y Sansón fueron perseguidos por «comunistas», sufrieron las consecuencias de la Ley 4144 (aprobada en 1902 para autorizar al gobierno a impedir la entrada o expulsar a los extranjeros «cuya conducta afectase a la seguridad nacional o al orden público»), y nunca pudieron solicitar la ciudadanía. Entre otras consecuencias, no podían votar.
Berta fue una eficaz dirigente no solo en cuestiones de mujeres, sino también en temas económicos e institucionales en general. Era una personalidad muy respetada y querida. Fue una gran amiga y compañera de muchas destacadas mujeres judías de izquierdas, como Fanny Jacovsky de Edelman, Alcira de la Peña, Raquel Alperovich, Rosa Flechner, Sara Shepiursko, Mimi Pinzon (Adela Shliapochnik), Leike Kogan y las actrices Jordana Fain y Cipe Lincovski, entre otras.
En su papel de presidenta de la OFI a partir de la década de 1950, Berta comenzó a recorrer las provincias argentinas, impulsando la organización de círculos de lectura y el trabajo político de las mujeres en Mendoza, Santa Fe y Córdoba, entre otras localidades. En 1956, había 40 círculos de lectura en todo el país, con más de 1000 participantes. El trabajo cultural entre los grupos de mujeres progresistas era una tarea política para Berta, y seguía las directrices soviéticas. Sin embargo, Berta no siempre estaba de acuerdo con las directrices del Partido. A veces sufría las injusticias del mundo soviético en silencio, pero la rígida disciplina del Partido era una condición sine qua non en la Guerra Fría. Berta se convirtió en una de las líderes más destacadas del sector idishista del comunismo.
Últimos días
Berta trabajó para desarrollar el sector femenino del Partido Comunista hasta sus últimos días. Sin embargo, nunca lo consideró un trabajo, sino su deber en pos de la construcción de una sociedad progresista y de la paz mundial. Su marido, Sansón, fue un destacado dirigente del ICUF y murió en junio de 1973. Berta siguió militando con convicción. Murió en 1991, juntoa los últimos días de la Unión Soviética.
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Fuentes inéditas
Drucaroff, Leda. Comunicación personal con Nerina Visacovsky, 2019.
Drucaroff, Elsa. Comunicación personal con Nerina Visacovsky, 2019.
Artículos de periódicos y revistas en Revista de la Comisión Femenina Israelita de Solidaridad, Di ídishe Froi, y Boletín del Primer Congreso de la Organización Femenina del ICUF, Buenos Aires, 1957.
Materiales complementarios en el Centro Documental y Biblioteca Pinie Katz (CeDoB) del ICUF.
[1] Testimonios personales de Leda Drucaroff a la autora, desde Londres a Buenos Aires, 2019.
Bibliografía
Visacovsky, Nerina. Argentinos, judíos y camaradas: tras de la utopía socialista. Buenos Aires: Biblos, 2015.
Gracias!!.es como si hubiese leido la historia de vida de mi mama, pola kutner que fue tambien amiga de berta.paciente de sanson. Comprometida con los lenenjraiz.activista del ift. Etc
Mi papa llego a Rivera.El me hablo de estas historias de vida.