El 12 de octubre de 1912, un pequeño grupo de inmigrantes judíos venidos de la lejana Europa Oriental (Rusia, Polonia, Lituania, Moldavia, Rumania, Ucrania), de apellidos de difícil pronunciación y evocativos de aquellos lugares, asentados en Santa Fe y zona, fundaban la Sociedad Cultural Israelita “I.L.Peretz”, hoy Asociación Cultural Israelita Argentina “I.L.Peretz”. Eran sastres, carpinteros, pequeños comerciantes, vendedores ambulantes a plazo, costureras, herreros, colchoneros, algún músico aficionado, amas de casa.

A pesar de que apenas balbuceaban el castellano y eran semi-analfabetos, la nueva entidad nacía como biblioteca, y como tal, el nombre que se le adjudicaba rendía homenaje a quien por entonces era el mayor exponente de la literatura judía en idish: Isaac León Peretz, el escritor polaco que había llevado las letras populares en idish –a través de cuentos, novelas, artículos periodísticos, relatos, poemas, obras teatrales- a un lugar en el que nunca antes había estado.

De allí su nombre. Los judíos y los libros van siempre asociados.

Desde ese entonces ha transcurrido mucho tiempo. Hoy son los bisnietos y tataranietos de aquel conglomerado fundacional los que pueblan los patios, salones, dando vida y llenando de música a las diversas actividades de “La Peretz ”. Desde los chicos del Kinder Club, la Escuela de Básquet y el Taller de Cuenta-cuentos a los adultos del Coro Freilej, pasando por los adolescentes y jóvenes del handball, el grupo juvenil y de teatro, “La Peretz” hoy sigue siendo un bello hervidero, a veces un tanto caótico y desordenado, que cobija entre sus paredes a todos aquellos –sin distinción alguna- que deseen trabajar por la cultura, la democracia, la convivencia y la solidaridad.

La historia de “La Peretz” es similar y diferente a la de tantas instituciones creadas por inmigrantes. Habitantes de conventillos salidos del ghetto medieval o perdidas aldeas de la estepa, con leyes y costumbres que los oprimían en sus lugares de origen, encontraron aquí un sitio –su sitio- donde reivindicar su condición de personas libres y plenas.

No poco trabajo les costó. Pero a fuerza de decisión, coraje, esfuerzo fueron edificando lenta –pero constantemente- un presente mirando al porvenir. En ese espíritu y en esa conciencia se desarrolló la Institución: construir un hoy para un futuro mejor, en el que se hagan realidad los versos de Peretz: blancos, negros, amarillos… todos los hombres son hermanos. Razas, colores y pueblos, no es más que un cuento inventado.

La actualidad nos plantea el desafío de trasformarnos siendo los mismos, potenciando los ideales y objetivos fundacionales. Al celebrar los 101 años de labor ininterrumpida en la sociedad santafesina, la actual Comisión Directiva saluda a todos sus asociados y amigos, a los colaboradores, deportistas, talleristas, coreutas, kinderclubistas de todas las épocas, entendiendo que los logros de estos días son producto de un esfuerzo colectivo, de una creación compartida entre generaciones y generaciones (desde aquellas del ese lejano 1912 a las mas recientes), herederas de un riquísimo patrimonio socio – cultural que se renueva permanentemente en aras de mantener su vigencia.