Una vez más, los senadores y gobernadores radicales, además de algunos traidores necesarios y otros cuya referencia política es difícil de entender, muestran ser pusilánimes ante el «poder» de las corporaciones locales y multinacionales. Solo les importó su «gobernabilidad», en detrimento del patrimonio nacional, los derechos, y los intereses y necesidades de lxs trabajadorxs y del pueblo entero; en desmedro del alto sentido ético y patriótico que significa defender la soberanía nacional.
La delegación de facultades en el Ejecutivo habilita a este último a tomar decisiones contra las mismas leyes que votan los legisladores. El RIGI nos quita, no solo soberanía sobre nuestros propios recursos naturales, sino que también promueve la destrucción el aparato productivo y beneficia a los capitales foráneos otorgándoles infinitas ventajas respecto de la industria nacional.
El “Estado de Bienestar» que conocimos estaba en un momento crítico. El Estado, que debiera ser garante de derechos, de la redistribución de las riquezas de todes, y que controla los aparatos represivos, es comandado por quien se autoproclama topo enemigo, odiador y destructor del organismo que conduce.
De ahora en más, con las medidas aprobadas, la masa trabajadora y el pueblo tendremos impedidas la defensa y la conquista de derechos, y ya estamos viendo cómo el poder reprime sin piedad para que así sea. No conforme con eso, el Gobierno, ante una población que salió a manifestarse pacíficamente, calificó el reclamo como “intento de ‘golpe de Estado’ provocado por ‘grupos terroristas’”. Mientras parte de la población parece anestesiada, se consolida una nueva escalada en la ya exacerbada criminalización de la protesta.
Dentro del Senado, también se manifestó violencia: la Presidenta del Senado negó lugar a la moción promovida por dos senadores para atender lo que sucedía frente al Congreso, argumentando la inexistencia de la propuesta. La «democracia liberal» —que ya mostró sus límites— avanza hacia un modelo autoritario, enmascarado detrás del voto y la formalidad de las elecciones.
Desde el ICUF —Idisher Cultur Farband – Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina—, advertimos de nuevo que la democracia está en peligro. Es imprescindible dejar de lado egoísmos y hegemonismos, y construir una alternativa política, social y cultural para una democracia republicana, de fuerte contenido social, para la liberación y la emancipación de nuestra Patria.
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