El anuncio del presidente de EE. UU., respecto a la toma de control de la Franja de Gaza por parte de Estados Unidos es una muestra más de las bravuconadas y los destellos imperiales que el presidente de ese país pretende imponer al mundo, y que va en línea con los fanáticos que aspiran al “gran Israel”.
Mientras está sucediendo un alto al fuego e intercambio de secuestrados israelíes y presos palestinos, junto al ingreso de ayuda urgente a la población de Gaza, que se logró gracias al acuerdo firmado entre el Estado de Israel y Hamás, los dichos de Donald Trump, avalados por Benjamín Netanyahu, demuestran que los gobiernos de EE. UU. e Israel, no quieren la paz en la región.
La Franja de Gaza forma parte de los territorios que las resoluciones firmadas por la ONU asignaron al pueblo palestino cuando resolvió la partición de lo que fuera colonia británica para transformarla en dos Estados, uno israelí y el otro palestino.
La tradicional política exterior de EE.UU. plagada de injerencias e intervención sobre la soberanía de otras naciones encuentra un nuevo capítulo en esta intención que incluye de manera explícita la expulsión del pueblo palestino de lo que debería ser su patria, concretando así el objetivo de lograr en tierra Palestina “la limpieza étnica”. La ostensible presencia militar de EE. UU. es una ofensa a los pueblos de la región.
El presidente de Estados ya auspició, financió y respaldó golpes de estado; ya amenazó con «hacerse cargo del Canal de Panamá», eufemismo con el que pretende ocultar su ambición ocupatoria. Ahora lo hace con Gaza. Una vez más, la política exterior de EE.UU. es belicista, expansionista y racista.
El pueblo Palestino que aún no sale del Genocidio al que fue sometido después de las terribles acciones terroristas perpetradas por Hamás el 7 de octubre de 2023, hoy enfrenta un nuevo desafío y una nueva afrenta.
La Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina – ICUF- expresa su repudio y preocupación por este nuevo intento de vulnerar los derechos de los pueblos a tomar sus decisiones, gobernar sus países y aspirar a vivir dignamente. Sumemos todas las voces humanistas del mundo, con la esperanza de que no se concreten sus afirmaciones. Abogamos por una paz diferente a la paz de los cementerios.

Marcelo Horestein – Presidente
Marcos Saal – Vicepresidente