Hombre de excepcional inteligencia, profundo compromiso con la sociedad y denuncia de las injusticias en los años más difíciles de la Argentina, consecuente luchador por el legado humanista, progresista y democrático del judaísmo, valiente y decidido, viga maestra de nuestra Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina – Idisher Cultur Farband (ICUF Argentina) convierten a Julio Schverdfinger –nuestro Presidente honorario–, en una figura ineludible a la hora de desentrañar la historia de nuestra Federación y del movimiento popular en el país. Cuando la prudencia aconsejaba cierto silencio, él siempre tuvo la palabra orientadora e interpelante, sin temor a las consecuencias que podría acarrearle.
Julio Schverdfinger desarrolló un estilo en la conducción política que se tradujo esencialmente en un profundo análisis ideológico y cultural del país. Fue un guía que abordó todos los problemas que afligían y afligen a la Argentina. En definitiva, marcó un estilo. Pero no solo fue analista sin fisuras, alguien quien desentrañó las cuestiones que más nos acuciaban tanto en el plano nacional como internacional, desde las contrariedades de la unidad anticapitalista en el campo nacional a la problemática del Cercano Oriente, desde cuestiones relacionadas a las herencias judaicas a los temas vinculados al derecho o a la organización del movimiento con una lucidez meridiana.
Como claro y agudo crítico que era ningún tema le era ajeno, pero por sobre todas las cosas, sus conceptos eran capaces de ir mas allá del frío comentario, de la idea perspicaz, sino que ahondaban en el más cálido humanismo, en ese sentir de la gente común y corriente que se estremece ante el dolor y la alegría. Y justamente en eso radicaba la potencia del mensaje que nos trasmitía Julio Schverdfinger: en la bonhomía de sus palabras, conjugadas con una firmeza inquebrantable. «La palabra precisa, la sonrisa perfecta”, como canta Silvio Rodríguez.
Julio Schverdfinger era una persona tierna. Y es en esa ternura sin fin el lugar donde se radicaban la energía y solidez de sus argumentos. Fue un formidable antídoto contra todas las formas de individualismo, incluso los que tienen el atractivo ropaje de alguna izquierda. El pensamiento crítico, que se opone al pensamiento único, que no deja de ser un dogma, es la matriz común de todos los capítulos de su vida A lo largo de su fecunda vida, militó en el Socorro Rojo, en la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, en el Partido Comunista, en el ICUF. En todos esos lugares dejó su huella.
Sin dudas que su partida nos deja un agujero negro. Será muy difícil llenar esa nada: Fue un hombre de consulta permanente, sus consejos y apreciaciones nos ayudaban a esbozar con mayor precisión los caminos a recorrer y a achicar el margen de error. Aunque de complexión pequeña, se nos fue un gigante, un titán. No caben dudas que vamos a sentir su ausencia, que su menuda figura será reclamada. Todo eso nos compromete aún más con el presente. Seguramente nos seguirá viendo en la lucha por una sociedad libre, justa, emancipada, democrática; seguramente nos seguirá alentando en nuestra labor por la paz y el entendimiento entre los pueblos; seguramente continuaremos sus enseñanzas en aras de la dignidad humana plena, pero no en abstracto, sino en el diario trajinar, tal como él mismo la hacía.
Rendimos homenaje a Julio Schverdfinger. Podríamos repetir esos preceptos que nos fueron legados de generación en generación como abnegación, lucha, coherencia, consecuencia, trabajo, energía, solidaridad, compañerismo, alegría, acción colectiva, patriotismo, valores de una ética fundante del ICUF y que fueron los que multiplicaron decenas y decenas de compañeras y compañeros a lo largo de nuestra historia icufista en todo el país. En Julio fueron más allá de las palabras y se transformaron en hechos concretos. Estamos muy contentos de haber tenido en nuestras filas a una persona como Julio. Nuestra vocación es transgredir las limitaciones represoras de esta cultura de muerte, es lo que nos convoca con alegría y entusiasmo, cosas que en Julio eran de todos los días: desobedecer y quebrantar el orden imperante para construir colectivamente la felicidad.
¡¡Lejaim, Julio!! Te lloramos, pero al mismo tiempo nos enorgullecemos de vos.
Hasta siempre,
Tus compañeros de ICUF
(El entierro se realizará este jueves 25 de Enero de 2018, a las 12, en el cementerio de la Chacarita. El punto de encuentro será la capilla).
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