Después de 18 días, Zumerland Enero llegó a su fin: 220 niños y niñas en la colonia, y 150 adolescentes en Córdoba y Junín de los Andes disfrutaron de su verano. Organizado por la institución Sholem Buenos Aires se concretó, en este enero de 2018, una nueva y exitosa temporada.

Zumerland es un espacio para niños y niñas entre 6 y 16 años, que comparten 18 días corridos con amigos y compañeros en un predio de 11 hectáreas, equipado con pabellones, comedores, canchas, vestuarios, pileta, un bosque, enfermería, y todo lo que los jóvenes puedan necesitar para una estadía amena y reconfortante.

Los acompaña un equipo de docentes y directores con experiencia en este tipo de actividades: allí, no solo se encuentran la naturaleza y el trabajo comunitario. Los más grandes, también, acampan todo el periodo, mientras que los más chicos duermen en pabellones, y hacen campamentos “volante” (de dos o tres días que transcurren al promediar la temporada, fuera del predio).

La organización Zumerland 2020 –integrada por ex participantes de las colonias– buscan mejorar las instalaciones del predio y, este año, se inauguró un playón. Los talleres, las canciones, y la vida en grupo, comunitaria y solidaria, son algunas de las experiencias que transmite Zumerland, un símbolo de la Federación.

En los últimos días de la temporada, después de la segunda quincena de enero, los grupos de adolescentes –que estaban fuera del campamento del predio—se reunieron con los chicos alojados en la colonia. Es, de este modo, cómo Zumerland se convirtió entonces en un espacio de encuentros y de fiestas. Es, también, el momento en que se prepararon las muestras grupales para el –esperado– reencuentro con los familiares, en un domingo lleno de alegría.

Más abajo compartimos una selección de imágenes, y también la carta que envió Alejo Steinman, representante de la Comisión de Padres, cuando visitó al primer nivel en las sierras de Córdoba.

 

Grupo Rojo

Grupo Rojo

Grupo Rojo

 

Grupo Verde

Grupo Verde

Grupo Verde

 

Grupo Turquesa

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Grupo Azul

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Grupo Amarillo

zamarillo

Grupo Naranja

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Grupo Mayor

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Grupo Especial

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Primer Nivel

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Segundo Nivel

z42°

Entrada Seminario

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Seminario

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Hielet antes de comer

zalmuerzo

Fogón

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Cierre en la Palmera

z1

Queridos papás y mamás de 1 nivel:

Al regreso de mi visita al campamento de 1 nivel, les escribo estas líneas para “contarles” como están los chicos y algo de lo que viví hoy.

Era un día especial ya que no solo “es el día del medio”, sino que hacia solo un rato que una brigada había regresado del volante de los Romero, con lo cual todo era reencuentro de amigos que no se veían hace unos días, contarse las distintas experiencias, hablar, reírse, descansar de la caminata unos mientras los otros organizan el campamento y preparan unos ricos “bifes a la criolla”.

El “comedor” convertido en el lugar de encuentro me hace mi tarea mas fácil, ya que están la mayoría ahí y TODOS se quieren sacar fotos, piden y posan, alegres, divertidos, disfrutando…

Me cuentan los docentes que están todos muy bien, aprendiendo que significa esto de un campamento rustico, donde aparte de disfrutar, hay que trabajar para que todo funcione, el campamento es su casa y una casa para que funcione necesita trabajo, dedicación y eso también se puede disfrutar…en eso están…cuidando y disfrutando su lugar y su experiencia.

El almuerzo es todo charla, difícil lograr silencio para pasar informaciones, ambas brigadas se relatan algunas de las experiencias de los últimos días, abundan las acotaciones… “en toda las caminata solo que me queje 2 veces, ES MI RECORD…”. Sus hijos son un grupo muy alegre, ocurrente, musical y divertido.

Les cuentan que mi visita es, aparte de para traer cartas y fotos, también les traigo un regalo, que son solo unas Cocas colas, que son recibidas con una alegría tan grande como si les hubiesen contado que ganamos el mundial…

En general a los papas y mamas de 1 nivel les cuento en especial de un momento del día, quienes ya pasaron por este nivel lo saben, y es cuando llega el reparto de cartas. Es un momento mágico del campamento, no me canso de verlo y vivirlo año tras año. Ahí todo se transforma, todo se convierte en emoción a flor de piel, a los “duros jóvenes” que hace unos minutos parecía que nada les importaba, se vuelven de nuevo sus hijitos queridos, leen… devoran casi las cartas, lloran, se ríen, las disfrutan enormemente. En grupo, solos, cerca, alejados e incluso casi escondidos todo esta bien para relajarse y disfrutar de recibir noticias de casa. Y por supuesto nos les alcanza el tiempo para escribir, a casa, abuelos, amigos, hermanos.

Creemos en el valor de las cartas escritas, sobre todo en esta época donde lo digital deja poco espacio a lo lindo de ver y leer una carta con formas y texturas distintas…

Mi día en la montaña termina porque el campamento sigue y yo tengo que bajar al pueblo a escribirles estas pinceladas del cuadro que disfrute.

Creemos también en la importancia de estos campamentos, en el valor de rescatar la vida rustica, el contacto con la naturaleza, el vivir experiencia nuevas, el contacto con los pobladores de la zona, creemos que todo esto suma, por lo menos un grano de arena, en ayudar a nuestros hijos a ser el día de mañana personas criticas y transformadoras de su realidad.

Espero que estas pocas líneas les acerquen a sus hijos un poquito hasta que los vean el domingo en Zumerland, allí nos vemos

Saludos

Alejo

Comisión de campamentos

Sholem Buenos Aires