1994 – 18 DE JULIO – 2018
Buenos Aires, 15 de Julio de 2018
“Memoria no es sólo un recuerdo de historias lejanas. Memoria es la capacidad que tenemos los seres humanos para convivir con aquello que, implacablemente, tiende a olvidarse», dijo Daniel Rodríguez, el esposo de Silvana Alguea, una de las víctimas del atentado contra la AMIA, aquel ominoso 18 de Julio de 1994.
Ante nosotros, a 24 años de ese terrible acontecimiento que agredió salvajemente al pueblo argentino, se plantea el desafío de ser consecuentes con las voces que no están, desaparecidas. Aunque parezcan ausentes, siguen resonando, y desde allí no solo denuncian lo sucedido una vez y otra vez y otra vez más, sino que su eco nos señala: su resonar es una advertencia.
Se trata de una captura parcial de una realidad –tal vez– inabarcable en palabras, algo inasible, pero que incorpora un mandato ético ineludible, insoslayable: el imperativo forzoso de recordar, de luchar contra el olvido, de combatir la negación del pasado, la banalización del acontecimiento como si se hubiera convertido en parte del paisaje, recuperar lo que el poeta Paúl Celan –que fue un sobreviviente de los campos de exterminio del nazismo– calificó como «la palabra silenciada».
Nada de silencios. No podemos permitir que el pasado sea marginado, ni siquiera mutilado. Queremos todo el pasado y con él, a sus responsables. No podemos tolerar que los perpetradores del Atentado a la AMIA (¿la siniestra “mano de obra desocupada” post-dictadura?, ¿»grupos de tareas» antisemitas, fascistizantes?), sus ideólogos (¿Irán, Siria?), los encubridores (“Fino” Palacios, el ex juez Galeano, los ex fiscales Mullen y Barbacchia), los encubridores de los encubridores (Beraja, el ex presidente Menem, el ex ministro Corach, el ministro Garavano, diversas conducciones –pasadas y actuales– de DAIA) queden sin castigo.
No podemos condescender en que se produzcan nuevos crímenes y que sus ejecutores se sientan privilegiados por no ser penados. No podemos ceder ante viejos crímenes y que sus autores se pavoneen libres por nuestras calles con artilugios judiciales tales como la edad. No podemos aprobar que las víctimas sean utilizadas, sin disimulos, con groseros fines electoralistas y se reviva constantemente el no accionar de un magistrado oscuro como si su hubiera contribuido a la investigación, cuando lo único que aportó fueron gastos inútiles al erario público y el inmiscuirse en cuestiones nacionales a agencias de “inteligencia” extranjeras.
La memoria que denuncia es una herramienta formidable frente a esa ignominia, frente al racismo, a la discriminación, a la xenofobia, a la violencia estatal, a las nuevas viejas formas de exclusión.
Hagámonos escuchar fortaleciendo la memoria, reclamando la Verdad, exigiendo Justicia. Desde la Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina – Idisher Cultur Farband (ICUF Argentina) decimos:
NO A LA IMPUNIDAD
ESCLARECIMIENTO DEL ATENTADO
APERTURA TOTAL DE LOS ARCHIVOS
CONDENA A SUS RESPONSABLES
JUSTICIA, JUSTICIA PERSEGUIRÁS
Marcelo Horestein, Presidente
Isaac Rapaport, Secretario General
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