El día 4 de julio se celebra el Día Nacional del Médico Rural, conmemorando el natalicio del doctor Esteban Laureano Maradona, de acuerdo a la Ley Nº 25.448, sancionada en 2001.
En esta Día tan significativo, el ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) desea recordar al médico rural por excelencia de las colonias agrícolas, especialmente las de Entre Ríos, el Dr. Noe Yarcho.
Pronto se cumplirán 102 años de su fallecimiento. Seguramente para muchísimos, éste es un nombre absolutamente desconocido. Sin embargo, tuvo mucho que ver con la colectividad judía, especialmente con aquellos vinculados a la colonización agraria. Muchas de las instituciones sanitarias existentes aun hoy en los pueblos de esas colonias –hospitales, salas de primeros auxilios, salas de rayos, consultorios- llevan su nombre. Incluso calles y plazas orgullosamente fueron denominadas con el apellido de ese ilustre médico, mezcla de sabiduría y abnegación, de altruismo y comprensión humana.
El Dr. Noé Yarcho nació en 1860 en Minsk (hoy Bielorrusia). En 1877 ingresó en la Facultad de Medicina de Kiev. En 1891 se sumó al emprendimiento del Barón Mauricio Hirsch –la Jewish Colonization Association (JCA) y viajó con los inmigrantes judíos a Villa Domínguez- Entre Ríos-.
El Dr. Yarcho cumplió como pocos su mandato de amar al prójimo sin diferencias, sin sectarismos, ni soberbia. No tenía descanso. Yarcho no necesitó buenos caminos para acudir presuroso con su mano extendida y su palabra cordial a cualquier lugar de la zona; al rancho del colono nuevo y al chalet de la ciudad, a la estancia del propietario rico y a la tapera del gaucho. A caballo, en sulky, en carro o a pie, por caminos intransitables, en las noches del invierno, bajo la lluvia helada, en medio de las fuertes tormentas, atravesando lodazales imposibles (entrerianisher blotes) o cruzando arroyos embravecidos.
Se desempeñó como director del Hospital de Domínguez, que en los primeros años constituía una rama muy importante del Fondo Comunal. Colaboró activamente en la tarea de reorganizar y mejorar la situación de las Colonias. Fue un activo partícipe de las tareas cooperativas agrarias, ya sea educando en esas concepciones o defendiendo al colono pequeño frente a la prepotencia de las cerealeras y los acopiadores.
Falleció a los 52 años. Su humilde tumba está en el cementerio de la Colonia Sonnenfeld, cercana a Villa Domínguez. Su figura legendaria será recordada como un ejemplo de vida.-
Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente
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