Día del periodista

Ejercer el periodismo, más que un oficio, es una actitud ante la vida y la sociedad. Existen dos bandos perfectamente delineados: están quienes hacen de la noticia un castillo triunfalista, rayano en el amarillismo más descarnado, y están los que buscan en el fondo del problema las raíces que generan la desesperación de millones de mujeres y hombres que desconfían del futuro, que tienen muchos temores a fuerza de golpes y promesas incumplidas, atados a la verdad en términos objetivos más allá de sus convicciones políticas o intereses económicos.

La prensa judía progresista y los periodistas judíos progresistas jugaron y juegan un papel destacado en la tarea de la construcción democrática, aun en tiempos dictatoriales donde ser opositor al régimen de turno implicaba amenazas y peligros, aun de la vida. Ya en tiempos de la Semana Trágica, los secuaces de la Liga Patriótica tuvieron especial interés en destruir esos medios de información. Lejos estuvo Mariano Moreno de amilanarse cuando creó La Gaceta como un instrumento de difusión de las ideas revolucionarias de la Junta de Mayo. Tampoco Menajem Rosen, Pinie Katz, Ruben Sinay, Mina Fridman o Angel Grushka se atemorizaron y pagaron con la deportación, la cárcel, la clandestinidad o la pobreza su decisión de ser la voz progresista de la colectividad judía. El periodismo debe ser elegante para seducir, docente para explicar, filósofo para mejorar, astuto para penetrar, guerrero para combatir. Debe ser útil, sano, refinado, oportuno, valiente punzante. En cada artículo debe verse la mano cuidadosa de quien lo escribe y la voz clara y precisa de quien lo dicta. Un buen medio de prensa es una buena autoridad.

Mientras los poderosos se empecinen en seguir ocultando, el periodista no tendrá más remedio que seguir informando la verdad.

En este Día del Periodista saludamos calurosamente a todos trabajadores de la prensa. 

Horestein   Marcelo                                                  Prof. Daniel Silber