Cualquier casa se sostiene sobre sus cimientos y sobre algunos pilares. Estos son básicos, fundamentales, porque tienen una función muy importante: dar resistencia a los muros para evitar el pandeo, así como para asiento de la viga y la cabriada; generalmente son elementos verticales, encargados de trasmitir sobre los asientos las cargas –tanto horizontales como verticales- aplicadas sobre el edificio. Sin ellos, no hay construcción posible: todo se vuelve frágil, endeble.
Pues bien: Fanny Edelman fue un verdadero pilar no solo de su casa, el Partido Comunista, sino de ese magnifico edificio que es el movimiento popular.
Fanny trascendió los límites geográficos de lo argentino, para proyectarse a escala mundial. Fanny trascendió las fronteras del movimiento comunista para fraguarse en el seno del conjunto del pensamiento y de las corrientes democráticas, emancipadoras y revolucionarias
Fanny: una mujer sencilla nacida del barro del pueblo, caminante de sendas nada fáciles, hacedora de esperanzas.
Con Fanny se nos va otra de nuestras heroínas del quehacer cotidiano. Como muchos otros, los nuestros no eran héroes así no mas, de estampita de revista escolar. Eran hombres y mujeres que sustentaron lo que pensaban con el cuerpo y la palabra, con la acción concreta, con la presencia efectiva, en la realización de cada uno de sus actos, aun los más simples.
La vamos a extrañar a Fanny. El desafío que tenemos por delante es no dejar atrás sus enseñanzas, sino multiplicarlas en flores y en canciones, en realizaciones de una vida digna para todas y todos.
Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente
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