Mar Bloch nació el 6 de julio de 1866 en Lyon, Francia. Fue uno de los historiadores medievales más importantes de Francia en la primera mitad del Siglo XX, que intervino en la Primera Guerra Mundial como oficial francés. Junto a Lucien Febvre editaron la revista Análisis de Historia y Economía Social. Fue un maestro en su materia y editó en 1939/40 el libro La Sociedad Feudal, que tuvo una gran resonancia en la época. Murió a manos de la Gestapo durante la Resistencia en París en 1944.
Este analista fue un innovador en el estudio de las prácticas políticas y en las historias económica y rural. Su compromiso con la Resistencia francesa lo llevó a que fuera detenido por los nazis, torturado y fusilado el 16 de junio de1944, cerca de Lyon.
En 1940, Bloch vio el colapso de Francia con mucha consternación, y fue uno de los primeros en ofrecer voluntariamente sus servicios a la Resistencia Francesa. Como era demasiado conocido y, para algunos hombres de la resistencia, demasiado anciano, durante los primeros meses de su participación, realizó tareas sencillas, entregando mensajes y periódicos.
En su ciudad natal, adoptó la identidad de «Monsieur Rolin”. Allí trabajó junto al célebre Jean Moulin, cuyo asesinato en 1943 marcó el comienzo del fin para el movimiento de resistencia local. Aunque Moulin se negó a hablar, incluso bajo la tortura, la Gestapo puso a sus conocidos bajo vigilancia; comenzaron una serie de arrestos que culminaron en la detección de Bloch y otros resistentes.
Durante 1943 y gran parte de 1944 actuó como jefe del grupo de resistencia Franc-Tireur –el movimiento de resistencia armada creado por el Partido Comunista Frances en 1941– en la región del Ródano, donde lideró un grupo de la resistencia y codificó y decodificó los mensajes aliados. Traicionado por un panadero que lo señaló a la Gestapo fue detenido junto a 63 miembros de la resistencia.
La prensa colaboracionista lo etiquetó como líder del Estado Mayor de los Terroristas. Se lo calificó como «un judío que había tomado el seudónimo de una ciudad francesa del sur y había estado viviendo de los fondos puestos a su disposición por Londres y Moscú».
Bloch era un ardiente patriota. «Nací en Francia, he bebido las aguas de su cultura. Yo la hice mía… Yo respiro libremente sólo en su clima, y he hecho lo mejor, con otros, para defender sus intereses». A pesar de las muchas privaciones tenía un aire alegre y parecía disfrutar la libertad personal y la austeridad física y material de un activista clandestino».
El destino del historiador fue sellado por la invasión aliada a Normandía y la retirada alemana. La Gestapo decidió dejar poca evidencia de sus actividades, y la mayoría de los prisioneros fueron fusilados.
En el sitio donde fue ejecutado existe hoy un pequeño monumento. Su memoria, sin embargo, sigue viva, tanto más fuerte porque se celebra como un combatiente contra el nazismo y como uno de los más grandes y más originales historiadores de Francia.
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