Una vieja copla española anónima, probablemente de la época de pos-guerra civil española 1936-1939, decía así: “Dicen que la Patria es / un fusil y una bandera / la Patria son mis hermanos / que están labrando la tierra”. Es una síntesis casi perfecta: está presentada la dualidad entre la ideología fascista del franquismo –por un lado-, y por otra, una verdadera concepción patriótica y popular de lo que es la Patria.
Sin embargo, hoy 27 de febrero de 2012, con motivo de conmemorase 200 años del izamiento de nuestra bandera celeste y blanca, conviene hacer alguna digresión. En ese lejano 1812 era necesario tener símbolos propios como manera concreta de diferenciar un proyecto –el emancipador, el que defendía Manuel Belgrano, el nuestro- del otro –el realista- que significaba opresión y yugo colonial. Y la bandera, posterior a la escarapela que permitía identificar a los soldados en el combate, fue uno de ellos.
Lejos de cualquier nacionalismo barato, de cualquier patrioterismo inútil y chabacano, de cualquier concepción militarista –cosa que intentaron e intentan imponer los grupos dominantes- reivindicamos aquel hecho con su significación presente y futura.
Amamos nuestra bandera porque representa justamente eso: un programa emancipador y liberador, en el que están implícitos la paz, la justicia, la dignidad, la soberanía, la democracia. Aquel sentido que le dio Manuel Belgrano es el que tomamos para el presente y para el futuro.
El ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) suma su voluntad de transformación de nuestra sociedad en esta celebración, con la convicción de que es momento de profundizar lo alcanzado, desmantelando todas las rémoras del pasado lejano y reciente que signifiquen trabas para el desarrollo nacional y el bienestar popular. Así honraremos genuinamente a la bandera y a quienes tuvieron el coraje de levantarla en aquellas difíciles circunstancias históricas.
Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente
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