Declaración publica.

El asesinato del militar iraní Suleimani y otros personajes de la política militar de Cercano y Medio Oriente, así como los ataques aéreos contra Kata’ib Hezbollah por parte de EEUU durante el fin de semana constituyen una afrenta para el gobierno iraquí en una clara violación de su soberanía.

Dirigentes iraquíes declararon -en una señal a Washington-, que ese asesinato fue una «violación de las condiciones para la presencia de las fuerzas estadounidenses en Irak” y seguramente lo que sigue es un debate en el Parlamento iraquí sobre la permanencia militar de los EE. UU en su territorio.

Este tremendo hecho puede ser el punto de partida de una peligrosa escalada de violencia contra Estados Unidos y sus aliados no solo de la región. El mundo no puede permitir que las tensiones aumenten hasta el punto de no retorno. Una acción tan temeraria profundiza las hostilidades preexistentes, abriendo las puertas de otra guerra de consecuencias desastrosas en el Medio Oriente, que los pueblos no piden ni apoyan.

Queda a las claras que el primer terrorista mundial es EEUU. Viola cualquier legislación internacional a costa del sacrificio de miles y miles de personas, lejos de sus fronteras, arrogándose, una vez más, el papel de gendarme universal.

Y si nos preocupa el clima de guerra que empieza a vivirse, con actos de venganza y represalia cada vez más audaces y terribles a escala mundial, nos preocupa mucho también las consecuencias que pueda sufrir Israel.

No es ninguna novedad que la estrechísima alianza Israel-EEUU hará que Irán enfile su artillería hacia Jerusalén y Tel Aviv. En lugar de aplacar las pasiones y las hostilidades belicistas, esto las enardece y las empieza a traducir en hechos concretos, lejos de las palabras, que se convierten en una espiral de violencia, muerte, destrucción y odios sin fin.

Así como Suleimani no era un santo, tampoco lo es Trump. Sus políticas agresivas solo conducen a que el clima político mundial se enrarezca y perturbe mas y que los tambores de guerra suenen mas cercanos y mas potentes.

Estamos en el año del 75º aniversario de la derrota militar del nazi fascismo. Es nuestro deber elevar nuestra voz y realizar todas las acciones posibles para que la guerra no se repita y que el NEO-fascismo –encubierto de mil maneras- reaparezca sobre la faz de la Tierra.

Marcelo Horestein Presidente

Alejandro Steinman secretario e/e