A pedido de la Presidencia del ICUF, el compañero Jacques Gruman -de la Asociacion Scholem Aleijem de Rio de Janeiro (Brasil)- elaboró este breve informe sobre el panorama pre-electoral en el país hermano.


Las elecciones generales en Brasil del día 3 de octubre, ocurren en un contexto en que se destacan algunos aspectos:

1. El presidente Lula tiene niveles excepcionales de popularidad (casi 80% de aprobación). El Partido de los Trabajadores (PT), que abandonó completamente cualquier proyecto socialista, señaló la candidatura, con la influencia de Lula, de una política opaca, sin tradición electoral, de perfil burocrático autoritario: Dilma Rousseff, ex-ministra da Casa Civil. Aprovechando la buena aceptación de Lula, la candidata Dilma tiene grandes chances de ser elegida todavía en la primera vuelta, liderando una coalición que incluye muchos elementos conservadores (de que son ejemplo los ex-presidentes Fernando Collor e José Sarney).

2. No hay mucha diferencia entre las propuestas electorales de Dilma Rousseff y José Serra, el candidato que aparece en segundo lugar en las encuestas de intención de voto y que representa al centro-derecha (incluidos los ex-comunistas del Partido Popular Socialista, disidencia a la derecha del Partido Comunista Brasileiro, del cual se desligó en 1992).

3. La izquierda tiene poca densidad electoral y está representada por cuatro candidaturas: Iván Martins Pinheiro (Partido Comunista Brasileiro), Rui Pimenta (Partido de la Causa Operária), Zé María (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado) y Plínio de Arruda Sampaio (Partido Socialismo y Libertad). Hubo tentativas para unificar esas candidaturas, pero no fueron exitosas. Casi no hay espacio en los medios para los candidatos de izquierda, que incluso no son invitados para los debates en la televisión.

4. Acompañando los resultados del XIV Congreso del PCB, Iván Pinheiro está haciendo lo que llama campaña-movimiento, o sea, aprovecha la época electoral para articular un frente anticapitalista y anti-imperialista, que continúe después de las elecciones y unifique las luchas populares.

5. Todavía es históricamente temprano para analizar el fenómeno del lulismo (liderazgo fuerte de Lula), pero ya hay algunos indicios significativos. En él hay elementos del viejo populismo (los sindicatos, por ejemplo, están domesticados) y de conciliación de clases (hay muchos empresarios, inclusive banqueros, que votan al Partido de los Trabajadores y financian sus campañas). No se sabe si en una coyuntura de crisis capitalista, el lulismo sobrevivirá. Es importante resaltar que la política económica del PT hace que los bancos tengan las más altas ganancias de su historia.