Es conocido por todos lo sucedido entre abril y junio de 1943 en el Ghetto de Varsovia: un pequeño grupo de jóvenes judíos allí encerrados ofrecieron una resistencia inigualable a la tremenda maquinaria nazi. A pesar del hambre, matanzas, deportaciones masivas, enfermedades, explotación laboral, saqueo y todas las humillaciones imaginables, los resistentes se irguieron en toda su dimensión humana para enfrentarse a la soldadesca nazi, levantando como bandera la dignidad de las personas.
Por encima de las banderas políticas y los sectarismos, esos rebeldes marcaron un hito –hasta entonces desconocido- del significado de los conceptos libertad, honor, respetabilidad: no pudieron con ellos ni la metralla, ni las bombas ni los tanques. El Levantamiento del Ghetto de Varsovia pertenece hoy a la Humanidad en su camino de humanización como lo son la Declaración de los Derechos del Hombre, Nelson Mandela o Rigoberta Menchú. El nazismo ha sido condenado al basurero de la historia, y de allí no podrá salir.
Al cumplirse 71 años de ese acontecimiento es preciso recordar su legado como pedagogía del respeto, de la convivencia, de la diversidad. En un mundo donde la globalización pretende homogeneizar pautas de acuerdo a los criterios de las potencias dominantes y de los privilegiados pero lo que predominan es la complejidad y la multiplicidad cultural, la honra a las diferencias y a la diversidad es el imperativo ético del momento.
El Levantamiento del Ghetto de Varsovia enaltece la condición humana; el nazismo la degrada. La lección que nos dejan aquellos jóvenes es la que la lucha por la justicia, la felicidad, la integración de todos no reconoce límites y que en aras de ella es imprescindible reunir coraje y convicciones, y no dejarse amilanar por nada.
El otro soy yo. Respetarlo tal como es, es respetarme a mí mismo. Esa es el glorioso significado del Levantamiento del Ghetto de Varsovia, en aquella primavera de 1943. Es fundamental educar en la reflexión crítica, en la memoria sobre la historia. Frente a lo brutal y cruel, el humanismo; frente al terrorismo de estado, el estado de derecho; frente a una uniformidad irreal y excluyente, la riqueza y potencia de la complejo y lo diverso; frente al fanatismo, la democracia.
Dice León Rozitchner, reivindicando desde la política el Levantamiento guerrillero del Ghetto de Varsovia como símbolo universal de resistencia armada contra la dominación capitalista globalizada y su barbarie, que “…para la aritmética de la economía de mercado, ¿cuántos ghettos de Varsovia caben en Hiroshima y Nagasaki, en Kosovo, en Panamá, en África, en América Latina?”
Recordamos para no olvidar. Recordamos porque sabemos que catástrofe y esperanza van juntas y porque frente a los ojos del otro se lo interpela, se le exige. Hoy nuestros hijos nos exigen a nosotros, nos interpelan.
Por todo esto, en oportunidad de conmemorarse un nuevo aniversario de aquella primera rebelión urbana en Europa contra el nazismo es que el ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) convoca a toda la ciudadanía argentina, sin distinción alguna, a pronunciarse al respecto como un aporte mas a alcanzar y fundar sociedades integradas, democráticas y respetuosas para con todos sus habitantes.
Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente
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