Nota Pública

Buenos Aires, 8 de Mayo de 2018

Esmeralda Mitre denunció una serie de hechos y, a partir de esto, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) solicitó la renuncia de su presidente, Ariel Cohen Sabban, a esa organización. La acusación de acoso sexual y extorsión es pesada y abrumadora no solo por la denuncia en sí misma sino también por quién la efectúa: descendiente del ex presidente de la Nación y fundador del diario La Nación, Bartolomé Mitre, la joven también fue esposa del ex ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido. En las últimas semanas, en un reportaje a Infobae, la actriz hizo declaraciones negacionistas hacia el Holocausto judío («no eran tantos», sentenció sobre ese genocidio) y, más tarde, se reunió con la DAIA, aparentemente, para encontrar el modo de «subsanar» esos dichos.

El pedido de renuncia por parte de la DAIA a su actual presidente es una muestra más de la descomposición de esta entidad y de la carencia de representatividad hacia la colectividad judía de Argentina. En los últimos años, algunos posicionamientos de la DAIA expresaron, de forma clara y contundente, la marcha de la entidad y, por esto mismo, podemos evaluar también cuál será su destino:

su participación abierta en el denominado Caso Nisman a favor de los fiscales y en contra de Mónica Fein –donde alegaba una supuesta confabulación con el gobierno iraní–; la oposición, explícita y manifiesta, al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner; el apoyo público al actual gobierno de la Alianza CAMBIEMOS –lo más reciente, firmando, junto a las entidades empresariales, su adhesión a los denominados tarifazos, y a todas las medidas de ajuste a los sectores más humildes de la población–.

A la DAIA –y a sus conducciones– no le bastaba con ser portavoz de lo peor de la Derecha de Israel: tampoco ser, de manera obsecuente, el furgón de cola de la Derecha local. No le alcanzaba con haber sido ambigua –al menos– en el tratamiento de lo que fue el Terrorismo de Estado en nuestro país. No era suficiente que el anterior Presidente de la DAIA, Rubén Beraja, no solo fuera cómplice del encubrimiento al atentado a la AMIA sino que además se lo encontró partícipe de negociados y fraudes bancarios.

Ahora, involucrados en estos escándalos, atravesados por la obscenidad y por el despojo, la DAIA recibió nuevas denuncias por acoso sexual y extorsión: no solo por parte de Esmeralda Mitre, también por parte de una legisladora nacional, Victoria Donda, y la conductora de televisión, Ursula Vargues, quienes lo denunciaron por el mismo tratamiento. En la Federación de Entidades Culturales Judías – Idisher Cultur Farband (ICUF Argentina) nos manifestamos por dejar en claro que la DAIA no es la única representación política dentro de la colectividad judía en la Argentina: A NOSOTROS NO NOS REPRESENTA. NO HABLA EN NUESTRO NOMBRE.

Marcelo Horestein, Presidente

Isaac Rapaport, Secretario General