El cinismo de este Gobierno no tiene límites. Ni su caradurez tampoco. Echan a centenares de trabajadores de la agencia de noticais Télam, y el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, se vanagloria con la medida diciendo que así gana el periodismo, que se profesionaliza y otras estupideces.

Una vez más este Gobierno muestra lo que es; más allá de la insensibilidad de dejar en la calle a estos trabajadores –momento en el que es más que difícil llegar a fin de mes y aún más conseguir un nuevo empleo–, lo que pretende es amordazar más a la prensa imponiendo el miedo y así establecer métodos de censura: todos ellos muy refinados.

No solo destruyeron la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual –una ley amplia y democráticamente debatida durante más de un año–, sino que ahora se empeñan de demoler cualquier voz que no sea la suya.

Según el Gobierno no puede haber voces disonantes y lo único que puede existir es el discurso único de que vamos bien, pero “pasan cosas” y por eso “esa te la debo” (como definió Macri en un reportaje con Jorge Lanata).

Estas nuevas medidas van de la mano del ajuste que exige el Fondo Monetario Internacional en todas las áreas, y particularmente en el Estado. Es otro ejemplo de lo que ya está vigente. Los trabajadores despedidos ayer en la agencia de noticias Télam son solo un capítulo que tiene otros por delante como ocurrió en el SENASA, el INTI, el INTA, los investigadores y becarios de CONICET, tantos en la estructura del Estado y aún más en ámbito privado.

Nos solidarizamos con los trabajadores de prensa cesanteados y repudiamos de manera enérgica estas medidas. Invitamos a los sectores populares y democráticos a defender esta y otras reparticiones del Estado (no de un gobierno) como espacios en los cuales pueda existir una pluralidad de enfoques y miradas.

telam