Sznaier Waserman fue un destacado activista político y cultural de la comunidad idish en Argentina. Pero para mi es, ante todo, mi abuelo paterno, a quien llamábamos el “zeide grande” para diferenciarlo del “zeide chico”, mi abuelo materno. En estas breves líneas voy a compartir las cosas que sé sobre su vida. En ese sentido me gustaría advertir que hay muchas que no conozco y que algunos datos importantes son imprecisos. Sabemos, por ejemplo, que cumplía años el 15 de marzo, pero no en qué año nació, si en 1895 como figura en varios documentos, o en 1899 como aparece en sus recuerdos y en algunos testimonios. Tampoco sabemos cómo deberían escribirse su nombre y apellido en el alfabeto latino. En idish es sencillo: וואסערמאן שניאור. Pero hay documentos en los que su nombre figura como Schneur, Schneier, Sznaier, y su apellido como Vaserman, Waserman o Wasserman.
Cuento entonces lo que sé por tradición familiar y lo que pude averiguar en los últimos años a partir de sus papeles y de otras fuentes y por lo cual además de “zeide grande” también decidí que podría llamarlo “zeide rojo”.
Sznaier nació en Adolfin, una aldea rural polaca que se encuentra de la frontera con Ucrania y que entonces era parte del Imperio Ruso. Sus padres, que ya tenían varios hijos e hijas de matrimonios anteriores, eran el sastre Wolf Waserman y Chaya Ruchl (no sé cuál era su apellido de soltera). En 1904/5, y luego de que se incendiara la casa de madera en la que vivían, la familia se mudó al pueblo de Chelm que es famoso en el folklore judío por los chistes sobre las pocas luces de sus habitantes. Allí creció y se educó en medio de las tensiones provocadas por el antisemitismo, el nacionalismo polaco, el proceso de rusificación, la ocupación austroalemana durante la Primera Guerra Mundial, el antisemitismo y, desde luego, el avance de las ideas y las organizaciones revolucionarias. Como tantos jóvenes de su generación sintió el impacto de la Revolución Rusa. Al finalizar la guerra, y mientras trabajaba como sastre, comenzó a tener un activismo sindical, político y cultural en organizaciones vinculadas al Poalei Zion (partido sionista marxista), además de empezar a dictar clases como maestro.
No sabemos por qué pero en 1924, y al igual que su hermano Menasche, se radicó en Buenos Aires. Dos años más tarde le envió un pasaje para que emigrara a su pareja, Serafina Ring, que había nacido en Lvov (Leópolis) en Ucrania. En 1927 nació su primer hijo, Enrique, mi papá, y en 1936 su hija Dóbale, a quien le dedicaría uno de sus libros más conocidos. En febrero de 1956 falleció Serafina. A comienzos de la década de 1970, y después de mantener durante varios años una relación epistolar, se casó con Chana o Janke Sobol, que para mi fue mi abuela, y con quien vivió hasta su fallecimiento el 18 de mayo de 1982, en plena Guerra de Malvinas.
Sznaier trabajó en Argentina como sastre, como maestro y como periodista, haciéndose conocido también por los libros de cuentos y de poesías que publicó en idish, muchos de ellos destinados a los niños. Asimismo mantuvo una activa participación en la vida política y cultural de la comunidad idish, siendo uno de los fundadores del ICUF. Como parte de su activismo político y cultural realizó varios viajes por las provincias argentinas y, durante las décadas de 1940 y 1950, a Uruguay, Brasil y Estados Unidos adonde vivía su hermano Shlomo.
Además del ritual familiar de ir a un bar todos los domingos por la mañana, quisiera terminar señalando mis recuerdos personales sobre tres cuestiones que, al escribir esto, me di cuenta que también habían sido centrales en su vida: sus elementos de trabajo como sastre, la lectura y la escritura (todavía tengo su máquina de escribir portátil en idish) y las cartas que recibía de todo el mundo, de las cuales nos regalaba las estampillas a mi hermano Darío y a mi.
Para ver la nota sobre el día en el que Fabio Wasserman realizó la donación del archivo personnal de Sznaier Waserman, hacer click aquí.
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