¡Las víctimas son civiles!
Desde nuestra postura humanista, queremos hacer llegar nuestra profunda solidaridad con las familias de las víctimas. Al día de hoy se cuentan por miles las muertes de un lado y del otro de la frontera; y hacia el cercano futuro, nos preocupa muchísimo cuántas más habrá por estos días.
El sábado por la mañana nos despertamos con el brutal ataque terrorista a civiles perpetrado por Hamás, organización fundamentalista religiosa que no representa a la totalidad del pueblo palestino, sino solo a una parte de Gaza. Repudiamos y condenamos los asesinatos, secuestros y violaciones en el sur de Israel, a la vez que exigimos castigo a los responsables de tales crímenes.
El ataque de Hamás genera una respuesta espejada, pero magnificada por parte del Estado de Israel: Israel declaró el estado de guerra.
El bombardeo cotidiano sobre la población civil de Gaza, el corte del suministro de energía eléctrica, de agua, y el sitio que no permite que haya un corredor humanitario para el ingreso de alimentos y movilidad de personas inocentes; todo esto es cruel y está tipificado como delito de guerra. Por las acciones de un grupo extremista no se puede condenar a dos millones de personas. Así, la escalada de violencia no tendrá límites.
Desde el ICUF, convocamos a la comunidad internacional a dar una clara manifestación de un alto al fuego inmediato, y que se establezca una mesa de negociación permanente que apoye, vigile y garantice, primero, el retorno con vida de los civiles secuestrados.
Además, es necesario que esa mesa colabore con la idea fuerza: dos Estados para dos pueblos —respetando la línea verde del año 1967—, con todos los atributos de la soberanía. Así se pondrá fin a la ocupación, y ambos Estados contarán con fronteras seguras y reconocimiento global. También la mesa debe establecer una solución negociada al problema de los refugiados.
El apoyo internacional irrestricto a quienes participan de la escalada bélica está basado en cuestiones geopolíticas y estratégicas, pero nunca humanitarias. La aceptación de la Ley del Talión presente en los discursos de los referentes políticos produce masacres constantemente y no da solución alguna.
Debe existir una firme voluntad política de acordar los términos de la Paz, democráticos y justos. Para israelíes y palestinos urge llegar a un consenso en aras de un beneficio mayor: la convivencia pacífica.
La Paz se firma con el enemigo; la Paz es tangible: se materializa en escuelas, hospitales, caminos, sembrados, acueductos, viviendas, industriats, en bienestar generalizado, en construcciones para la vida digna.
No más muertes, ni en Israel ni en Palestina.
El único camino es la Paz.

Por el Consejo Directivo del ICUF
Marcelo Horestein. Presidente
Marcos Saal. Vicepresidente