Buenos Aires, 21 de diciembre de 2016

 

            Con creciente intensidad, la DAIA va recorriendo un camino de abandono de lo que fueron sus conceptos fundacionales. El bochorno que produjo el intento histriónico de su Secretario General cuando representaba a su institución en la Audiencia del lunes 19 en la Cámara de Casación en relación con el caso Nisman es tan sorprendente que el propio Presidente de la DAIA, en un reportaje que le efectuaron al día siguiente desde un periódico comunitario, intentó desvincularse de la autoría del engendro que su compañero procuró vanamente leer durante la Audiencia.

           La DAIA ya no se preocupa por exhibirse como defensora de los intereses del conjunto de la colectividad judía argentina sino que, abiertamente, expresa lo peor de la derecha vernácula e internacional. No le preocupa en lo más mínimo llegar a la verdad; solamente le interesa alinearse con la política exterior israelí… y nada más.

           Pero por encima del papelón generado por el episodio, lo más lamentable es comprobar cómo la institución se va deslizando desembozadamente hacia posiciones marcadamente derechistas. 

          En lugar de adoptar actitudes que de verdad impliquen la defensa de los intereses del conjunto de la colectividad, como proclama habitualmente, los dirigentes de la DAIA adhieren a un establishment nacional, cuyos funcionarios deslegitiman la lucha por los Derechos Humanos, dan cabida a organizaciones neonazis en la Casa Rosada, permiten desfiles de “carapintadas» e intentan olvidar el genocidio argentino.

          Antes que la búsqueda de verdad y justicia, sólo le interesa satisfacer la política exterior israelí.

          La DAIA nunca representó al conjunto de la colectividad judía argentina –sino solo a una parte-. Con estos dichos, cada vez más se corre hacia posturas reaccionarias y sin ningún fundamento, al realizar acusaciones a diestra y siniestra. Lo importante parece ser seguir siendo funcional a los grupos más retrógrados.  Las víctimas parecen no importar, los dolores parecen carecer de valor.

          El ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) rechaza tal conducta de la DAIA por ser falsa, injuriosa y tendiente a la venganza, y aboga porque el ejercicio independiente del poder judicial logre dejar atrás las cortinas de humo y así esclarecer, de una vez, el atentado.

 

MARCELO HORESTEIN                                                             ISAAC  RAPAPORT

Presidente                                                                     Secretario General