En el Día de la Madre, nuestro abrazo entrañable a todas las madres: la Madre Tierra, las Madres de Plaza de Mayo, las Madres del Dolor, las Abuelas de Plaza de Mayo (que antes de ser abuelas, fueron Madres)… en fin, a todas sin excepción.
Ellas no solo engendran la vida; nos aman, nos protegen, nos cuidan, nos dan calor, nos alimentan. Nos ayudan en la concreción de nuestros sueños.
Cuando decimos “madre”, inmediatamente el eco consigna todo lo que nace y quiere crecer; en todo lo que, volcándose a la vida, libra la batalla cotidiana por la felicidad colectiva.
Más allá de la manipulación consumista y mercantil, lejos de cualquier vulgarización barata del capital, para ellas, lo mejor: ellas son las dan que origen y las que tejen futuro, siendo tan grandes y nobles cómo son, hasta que el sol nos ilumine y cobije a todos.
Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente
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