«Darío tuvo instinto político. Dijo la verdad, que es lo que dice la CONADEP, es la cantidad de desaparecidos que figuran, el resto no están. La frase fue cortada por la mitad. Lo que dijo es que en su momento eso estuvo bien hecho de esa manera, pero que hoy en día había que cambiar porque se estaba utilizando políticamente para los derechos humanos y de alguna manera hay que darle vuelta la cabeza, el pensamiento a la gente. Además nuestro dinero estaba siendo usado de más en vez de en la cantidad de desaparecidos real, usaban nuestros impuestos. Es como pasó con el Holocausto, dijeron que eran 6 millones pero no eran tantos». Esas fueron las declaraciones de Esmeralda Mitre, ayer, en un reportaje realizado por Infobae (https://www.infobae.com/teleshow/infoshow/2018/04/12/esmeralda-mitre-sobre-los-30-000-desaparecidos-es-como-paso-con-el-holocausto-dijeron-que-eran-6-millones-pero-no-eran-tantos/).

En enero de 2016, el entonces director del Teatro Colón y titular de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido –pareja de Esmeralda Mitre por ese entonces– también puso en duda la cantidad de personas asesinadas y desaparecidas por la última Dictadura cívico – militar. «No hubo 30 mil desaparecidos, se arregló ese número en una mesa cerrada», aseguró. La declaración causó tal revuelo que una gran cantidad de artistas y personalidades de la Cultura, en general, pidió la renuncia del funcionario.

La Federación de Entidades Culturales Judías de Argentina – Idisher Cultur Farband (ICUF Argentina) expresa hoy su más enérgico repudio y rechazo a las mismas declaraciones por parte de Mitre. En ellas se puede ver, además de su desprecio y banalización de una cuestión tan dolorosa como es la del Terrorismo de estado y los detenidos –desaparecidos en nuestro país, un larvado –pero indudable– antisemitismo. En ningún de estos casos –o declaraciones públicas por parte de sus funcionarios– se puede alegar ignorancia. En las declaraciones traslucen la obscena liviandad con que integrantes de la oligarquía vernácula analizan y pregonan temas tan sentidos como lo es la violación masiva a los Derechos Humanos.

Es evidente que, para personas como éstas, todo se resume en un materialismo vulgar de números, cifras y dinero, sin contar que detrás de cada una de las víctimas del autoritarismo y de la intolerancia, hay seres humanos reales, con historias, proyectos, sueños, expectativas. Su trivialidad e impertinencia son tales que asquean. Existe un “clima de época” que posibilita que personajes de estas características se tomen –casi alegremente y con absoluta impudicia– la libertad de decirlas sin siquiera sonrojarse. Estos emergentes sociales son demostrativos de la necesidad de trabajar aún más sobre las categorías Memoria-Verdad-Justicia. De este modo, solicitamos que los organismos correspondientes: INADI, la Secretaría de Derechos Humanos, entre otras organizaciones del Estado, tomen debida cuenta de estos dichos y harán recaer sobre la responsable los deberes que marcan las leyes vigentes.

Marcelo Horestein, Presidente

Isaac Rapaport, Secretario General