Cuando se recuerda el 2 de Abril como Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas no podemos dejar de pensar en la horrible carnicería de una guerra sin sentido a la que fueron enviados miles de jóvenes.
Los derechos que asisten a nuestro país sobre aquella región no justificaron ni justifican tamaña indecencia por parte de la Junta genocida gobernante en esos días. Si algo le faltaba a aquellos dictadores –luego de perpetrar la mas feroz represión y el terrorismo de estado sobre el pueblo- era eso: una aventura bélica, exagerada y fuera de cualquier tipo de análisis, donde se tenían todas las de perder.
Entorchados de una cruzada fuera de época, estrategas de escritorios, asesinos valientes en patotas frente a mujeres y hombres desarmados, se rindieron vergonzosamente ante el enemigo. Desagraviamos y enaltecemos a los soldados, jóvenes conscriptos de 18 años, que sin preparación ni condiciones, supieron afrontar con coraje la terrible prueba a la que se los sometió y merecen todo nuestro total reconocimiento y honra.
Y si todo eso fuera poco, aquellos que eran de origen judío, sufrieron vejaciones propias de mandos que eran portadores de una ideología discriminadora, antidemocrática y antisemita.
En el presente, proseguimos levantando las banderas de que las Islas Malvinas e islas del Atlántico Sur son argentinas. Y lo hacemos desde, al menos, una doble perspectiva: la de la soberanía y la de la paz.
De la soberanía, porque no solo son territorios que pertenecen a nuestra integridad ocupados por una potencia colonial, ni por los recursos económicos que implican, sino porque a esta altura de la Historia no es posible que sigan siendo usurpados bajo conceptos del s.XIX. Ellos son parte de nuestra geografía y como dice el poema, constituyen “la hermanita perdida” que queremos que retorne al lugar de donde nunca debió salir, sino que lo fue por la fuerza. En ese sentido, la soberanía no son palabras ni homenajes, sino que es la defensa del conjunto del patrimonio nacional, de su dignidad y de su no claudicación ante los poderosos que pretenden proseguir esquilmándonos sobre la base de las penurias del pueblo.
De la paz, porque la “Fortaleza Malvinas” es una potente base militar incluida en el sistema bélico de la OTAN que amenaza a todo el Atlántico Sur, y donde fuertes contingentes castrenses reciben instrucción para luego participar de acciones intervencionistas y de ocupación en diversos puntos de planeta.
El ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) impulsa la recuperación de aquellos territorios mediante la diplomacia de las negociaciones y de las denuncias de todos los foros internacionales, señalando el carácter anacrónico de la actual situación.
Sr. Marcelo Horestein Prof. Daniel Silber
Secretario Presidente
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