La silbatina y abucheos padecidos por Sergio Burstein en el reciente acto de conmemoración de un nuevo aniversario del atentado contra la AMIA y las posteriores actitudes tomadas por la dirigencia comunitaria, deben llamarnos a una profunda reflexión.

Está claro que los dichos de Burstein no fueron del agrado de muchos, especialmente de aquellos que están directamente vinculados a la vergonzosa capitulación moral, ética e ideológica que significa estar al lado de alguien que auspició a Jorge “Fino” Palacios como Jefe de la Policía Metropolitana, cuando es éste uno de los encubridores del atentado, además de haber perpetrado escuchas telefónicas de manera absolutamente ilegal.

Tampoco gustaron a la misma dirigencia comunitaria, ya que las palabras de Burstein pusieron negro sobre blanco, la incapacidad,  e irresolución de la actual conducción en avanzar seriamente hacia el esclarecimiento del atentado, al tiempo de congraciarse con las autoridades de la CABA.

Entendemos que las actuales autoridades de AMIA no están en condiciones de tomar resolución alguna ni de opinar siquiera, considerando que su mandato está solamente prorrogado en función de la disputa interna, por la cual carecen de la potestad necesaria para ello.  Asimismo es fundamental entender que la AMIA misma como Institución es victima del atentado, y también lo son los familiares que reclaman por los suyos.

Poner trabas o censuras a un acto de estas características y en las actuales circunstancias sería un hecho muy poco afortunado, que en todo caso, mostraría –una vez más- el perfil reaccionario de la actual conducción, la que se encuentra lejos del verdadero sentir comunitario. Ninguna advertencia, condena u examen previo es posible. Querer erigirse en custodios de algo es muy perverso, máxime estando vigente la democracia.

Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente