El “plenario de argentinos de origen judío” se presentó como el primer paso para la construcción de un nuevo colectivo, cuyo objetivo es agrupar a “las personas que no se sienten representadas por las dirigencias de las grandes instituciones de la comunidad”.

 Por Ailín Bullentini

Mujeres y varones argentinos de origen judío se encontraron en el auditorio de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos (Foetra), cuya capacidad colmaron para expresar su rechazo a las dirigencias de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), a las que acusan de “adueñarse de la voz de todos” los judíos argentinos. “No creemos que nuestra postura represente a toda la comunidad, pero negamos a la DAIA y la AMIA su postura de creerse voz de ella, depositaria del monopolio de lo judío”, advirtieron los organizadores del plenario que desarrollaron ayer, y que aspiran a que sea el germen de “un espacio colectivo y democrático basado en lazos de solidaridad por sobre los vínculos comerciales”.

El “llamamiento a un encuentro nacional de argentinos de origen judío”, como bautizaron al plenario de ayer, fue leído por los organizadores de la iniciativa, diez argentinos judíos “progresistas y de izquierda” que comenzaron a preguntarse hace algunos meses “qué hacer para poder poner a la comunidad de izquierda judía de pie nuevamente”. El plenario, que contó con centenares de asistentes y cinco expositores, sirvió como “punto de partida” para la construcción de ese nuevo colectivo “que llega para llenar un espacio vacío, ése que sienten las personas que no se sienten representadas ni convocadas por las dirigencias de las grandes instituciones de la comunidad”, definió desde el escenario el sociólogo Jorge Elbaum, uno de los impulsores de la propuesta.

“Estamos acá para expresar nuestro cansancio por la cooptación que de la comunidad intenta desde siempre la dirigencia de la DAIA, volcada a la derecha y con infiltración macrista”, informó Marcelo Horestein, otro integrante del “grupo organizador” del nuevo espacio progresista judío, quien definió a la DAIA como “una institución de tercer grado en la que la votación de los integrantes de la comunidad es indirecta” y acusó Julio Schlosser, su presidente, y al resto de su dirigencia, de “pasarse el poder de mano en mano, apoyar a la dictadura y convocar al intento de golpe blando que fue el 18F”, en relación con la movilización en homenaje al fiscal Alberto Nisman a un mes de su muerte. “Entonces decimos basta, queremos expresarnos desde otro lugar”, remarcó Horestein.

Para el abogado Beinusz Szmukler, aquella movilización también fue “un punto de quiebre” que funcionó como “impulso para plantear una iniciativa” como la presentada ayer, a la que saludó. “Ustedes expresan una posición y una resistencia a no ser confundidos con la DAIA”, saludó. Si bien la mayoría de los asistentes fueron adultos mayores, también se oyó la voz de los “jóvenes judíos progresistas de izquierda”. Así se presentó Maira Visacovsky, quien actualmente trabaja en el Ministerio de Economía nacional y fue la encargada de hablar por aquellos “jóvenes que se sintieron representados por la iniciativa del llamamiento”. “No seremos cómplices de las políticas desarrolladas por la DAIA, racistas, imperialistas y clasistas. Por eso, repetiremos incansablemente que ésa no es nuestra postura, que ellos no nos representan”, arengó.

La iniciativa presentada ayer busca ser el vehículo de aquellos integrantes de la comunidad judía que comparten “una visión progresista integrada de la vida”, precisó el economista Alejandro Rofman, presente en Foetra. La idea de sus organizadores es desarrollar encuentros del mismo estilo que el que tuvo lugar ayer en diferentes partes del país para “organizar el funcionamiento del espacio” y lograr el encuentro nacional en julio, cuando se presentaría formalmente el espacio.

“Somos quienes vemos en la Argentina de hoy un país con inclusión, respetuoso del otro y del cumplimiento pleno de los derechos humanos y quienes también tenemos una visión global del gobierno de Israel diferente a la de la AMIA y la DAIA”, ejemplificó Rofman.

Entre las personalidades políticas que comparten esa visión de país y coinciden con el rumbo que podría recorrer la nueva agrupación, y que participaron ayer del encuentro, se contaban el secretario para el Pensamiento Nacional, Ricardo Forster; los diputados nacionales kirchneristas Mara Brawer y Juan Carlos Junio; los legisladores porteños del mismo espacio José Cruz Campagnoli y Claudia Neira, entre muchos otros. La vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisimblit, fue especial y cariñosamente presentada por la periodista Miriam Lewin, encargada de la conducción del acto. “Es la primera dama de la comunidad judía”, saludó a Rosa.

“Este es un mensaje a la comunidad, a la que convocamos a crear un espacio para que ellos (la DAIA) no hablen más en nuestro nombre, para que acaben de considerarse dueños de la voz de todos nosotros. Nosotros tenemos voz propia”, concluyó el artista Jorge Schussheim.