La violencia estatal y paraestatal no reconoce fronteras. Está presente aquí y allá. Tampoco reconoce etnias o religiones ni historias.
Solo reconoce el hecho de golpear, matar en favor de quien tiene el poder. Pueden ser escuadrones de la muerte, policías, colonos, militares. Pueden ser civiles o uniformados. No importa.
Israel y Colombia están unidos por un hilo conductor no tan invisible. Desde el poder, llámese Duque o Netanyahu o como se llame, la cuestión es acallar la protesta social, el reclamo de dignidad y justicia.
El ICUF repudia, rechaza y condena la violencia institucional y parainstitucional desatada tanto en las ciudades colombianas como en Jerusalén. El camino a la paz no es golpear, secuestrar, apresar, matar o hacer explotar bombas, como sucedió ayer en la zona de Gaza. El camino es satisfacer las demandas genuinas: dignidad y justicia.
Marcelo Horestein Presidente
Alejandro Steinman Secretario