Sofia Laski (2020).

Sofia Laski (2020). Cortesía familia Laski

Muchas, infinitas gracias por tener presente siempre

la historia de las instituciones judías progresistas

y la historia de sus protagonistas.

Abuela Sofía, 93 años

La mujer conocida por su propia elección como Sofía Laski (Syma Florman —en polaco— o Silvia Florman —según su documento argentino— nació en Varsovia (Polonia) el 19 de julio de 1928. Junto con sus padres, Jánele (Chana) Koper y Moishe (Moisés) Florman, se alejó de su ciudad natal debido a la pobreza y la propagación del nazismo.

La familia migró hacia Argentina, adonde llegó el 17 de agosto de 1934. Sofía tenía 6 años.

Infancia y juventud

Sofia con su mamá y su papá

Sofia con su mamá y su papá. Cortesía familia Laski.

Con los ojos de una Sofía niña, Oscar Laski , uno de sus hijos, nos pinta aquel momento:

Bajó del barco con lo poco que su pobreza le permitía, miró a su alrededor, parándose frente a un mundo totalmente desconocido y ajeno: solo escuchaba voces diferentes, palabras desconocidas, giros incomprensibles. Nunca me lo dijo, pero estoy convencido de que ese momento la marcó para dar la pelea de la palabra, para hacerse entender a toda vista, para evitar que sus sueños no se supieran.

Y con los ojos de Sofía abuela, nos pinta un presente Joaquín Dufour, uno de sus nietes:

[…] esos ojos infantes que vieron la agitación del puerto, los saludos desesperados y la costa perderse lentamente en el horizonte existen aún. Son los mismos que siguen contemplándonos incrédulos con sobredosis de cariño.La familia se asentó en Buenos Aires.

Sofía y Marcos de viaje por Brasil

Sofía y Marcos de viaje por Brasil. Cortesía familia Laski

Allí, Sofía asistió a la escuela primaria pública. Cuenta ella, con un gran sentido del humor —como siempre— que, a los pocos meses de llegar, debió ser operada de las amígdalas y que debía reportar el evento a su maestra; entonces, como en ídish “amígdala” se dice “mandler”, que en castellano se traduce también como “nuez”, ella explicó a su maestra que tenía que ser operada “de las nueces” .

Luego, asistió al secundario Comercial N.° 8 y, más tarde, estudió inglés (Instituto Cambridge) y obtuvo la Licenciatura en Letras (UBA).

El 17 de julio de 1948, a sus 20 años, se casó con Marcos Laski (1928 –1991), con quien tuvo 5 hijos: Marina (1949), Ernesto (1941), Daniel (1953), Laura (1954) y Oscar (1956).

Familia Laski

Familia Laski

Junto con Marcos, Sofía disfrutaba comedias y dramas en el Teatro IFT; también gustaban de juntarse a discutir ideas políticas y de presenciar conferencias. Cuenta Sofía que: “él era callado porque pensaba mucho. Él era muy razonador. Le gustaba ayudar a la gente que lo necesitaba” .

Sofía activista del movimiento feminista y, también, del icufista.

Sofía se incorporó a la Unión de Mujeres de la Argentina (UMA) y se afilió al Partido Comunista. Nos cuenta Marina, una de sus hijes, que

Dofia con sus hijes

Sofia con sus hijes. Cortesía familia Laski

Tendría cuatro, tal vez cinco años. Llegamos caminando de la mano hasta un lugar donde se organizaba un festival infantil. Había muchas nenas y nenes con sus mamás reunidos en un patio que, para mi tamaño, era inmenso. Y también había números artísticos en un clima de alegría y entusiasmo. Años más tarde supe que había asistido a un festival organizado por la UMA en un local del Partido Comunista (seguramente en uno de esos breves períodos en los que era legal), en la calle Bahía Blanca. Ahora, cuando participo de las increíblemente populosas movilizaciones feministas, soy yo quien desearía llevarte de la mano. O quizás siempre te llevé. Y creo poder empezar a entender algo con relación a las construcciones colectivas, perseverantes y amorosas.

Sofia y su padre. La que saluda es Bassia Kuperman

Sofia y su padre. La que saluda es Basia Kuperman. Cortesía familia Laski

Pero además, trabajó tanto en el shule (escuela) Sarmiento como en el Teatro IFT; en este último, ofreció un taller literario hacia la década de 1980.

Nos cuenta Laura, su hija:

Una postal de infancia: Es una imagen en blanco y negro de una mujer con un tapado bien largo que habla en un acto público. En el cartel que se ve en el escenario se lee: ‘Homenaje a los 6 millones de judíos que fueron asesinados por los nazis’.

Cuando observaba las fotos, me sentía orgullosa de que mi mamá fuera oradora en ese acto. Especialmente porque el resto de los panelistas que se veía en la foto eran todos hombres. Una mujer entre tantos hombres. Y de eso hablaba en el ICUF en aquellos años, de eso nos hablaba ella antes de irnos a dormir: de que la guerra, nunca más. Y creo que Sofía inició su contribución al ICUF con este mensaje.

Hoy pienso en esa foto y creo que la voz que usaba en esos actos para recordar a las víctimas del nazismo la siguió usando toda su vida, para escribir, para contar historias, para inspirar a otros, y para ser mi mamá. Y eso fue lo que me/nos enseñó, a aprender a usar mi/nuestra voz. Y también a ser pacifistas, feministas y tener curiosidad por los libros y las historias, entre otras cosas. Ahora, en los años finales de su vida y en circunstancias más difíciles, casi sin poder hablar, sigue diciendo, a su modo. Igual estoy segura de que si estuviera un poco mejor, alguien estaría sacando una foto suya hablando contra la guerra en algún otro panel.

Sofia Laski habla de Vilma Espin en el diario Tribune/Tribuna (1959).

Sofia Laski habla de Vilma Espin en el diario Tribune/Tribuna (1959).

Prolífica escritora y traductora, publicó textos sobre literatura, teatro y política en las revistas Nai Teater (Nuevo Teatro – IFT), Di idishe Froi (La mujer judía – ICUF) y en el diario Tribune/Tribuna (ICUF), entre otros. Cuenta con una gran producción de libros propios, algunos autobiográficos; otros, dirigidos a niños y niñas. En el CeDoB Pinie Katz conservamos un importante trabajo de traducción ,del ídish al castellano, que Sofía hizo para dar a conocer la producción del IFT a través de su revistaNai Teater.

Título Editorial Año Rubro
Fin – principio Ed. Instituto Amigos del Libro Argentino 1967 Cuentos
Crónica de una mujer común Nuevas Ediciones Argentinas 1978 Novela
Chavukú. Centro Editor de América Latina Colección Los cuentos del Chiribitil 1978 Infantil
Allichay encuentra su canto Ed. Plus Ultra 1981 Cuentos infantiles
Cuando el dinosaurio comenzó a volar Ed. Plus Ultra 1985 Infantil
Arde un espinillo en Córdoba Ed. Anteo 1985 Novela
Hasta que apunte el día y huyan las sombras Torres Agüero Editor 1988 Novela
Guefilte Fish Ed. Imaginador 1997 Cuentos
Al sur del sur Ed. Altamira 2008 Novela

A sus 93 años, vaya nuestro homenaje a esta inmensa mujer, a través de las voces de sus hijos, hijas, nietos, nietas. Aquí, unas breves palabras de su familia (para ver los homenajes completos, hacer click aquí).

Hijos e hijas

Sería ya adolescente cuando empecé a sumergirme en tus escritos, en tus discursos pronunciados en actos del shule Sarmiento, el ICUF, el teatro IFT y otras instituciones. Me sentía orgullosa cada vez que te escuchaba, eras una diosa convocando a todos los mortales a seguir el desarrollo de ideas implacables e inteligentes (Marina Laski).

Valorar tu fortaleza, para reconstruirte ante tantas adversidades. Y destacar lo mucho que supiste edificar. Historias miles. Tu vida son muchas historias, y en la mía están siempre presentes (Daniel Laski).

[…]creo que la voz que usaba en esos actos para recordar a las víctimas del nazismo la siguió usando toda su vida, para escribir, para contar historias, para inspirar a otros, y para ser mi mamá. Y eso fue lo que me/nos enseñó, a aprender a usar mi/nuestra voz. Y también a ser pacifistas, feministas y tener curiosidad por los libros y las historias, entre otras cosas. Ahora, en los años finales de su vida y en circunstancias más difíciles, casi sin poder hablar, sigue diciendo, a su modo.

Igual estoy segura de que si estuviera un poco mejor, alguien estaría sacando una foto suya hablando contra la guerra en algún otro panel. Laura Laski, hija.

Era la foto de la guerra la que buscaba. De la guerra de ocho décadas atrás que le ahogó la vida. No estaba allí esa foto, no iba a estar. Pero entendí que no era necesaria una foto para reflejar una vida de película, una larga sucesión de vivencias, alegrías, tristezas, varias tristezas, las de una mujer que luchó contra un mundo que se le presentó hostil desde muy pequeña y se alzó para lograr muchos sueños y postergar otros, como suele ser (Oscar Laski).

Nietos y nietas

Tu feminismo, mi feminismo. Habitar nuevos espacios, transformar, la palabra y su potencia, lo colectivo, la búsqueda, el transitar, perderse y volverse a encontrar, diferente. Hace poco […] nos soñé agarradas del brazo caminando” (Natalia Laski).

De a poco, tu casa la compartiste conmigo, tu comida, tu paciencia, tu escucha. Hablábamos mucho, eras mi confidente, y la experiencia en tu vida me sirvió de ejemplo, me calmaba en momentos turbulentos. Y seguí creciendo (Julieta Laski).

No se puede pensar en nada; siempre en algo se está pensando». Con esa frase que me regalaste a mis 8 años […] cambiaste mi forma de entender para siempre. Y era inevitable que el pensamiento fuera tu regalo. Vos que hiciste con el pensamiento y las palabras tu huella en la vida (Lucio Laski).

Las mil y una historias de Sofía nos llegan a sus nietos a través de relatos familiares de sobremesa donde la tragedia y la comedia están entrecruzadas. Hoy la abuela Sofía ya está muy viejita […]. Sin embargo, en lo más profundo de su mirada, todavía puede advertirse a cada una de las Sofías. (Joaquín Dufour).

A veces pienso si la guerra se vive en el cuerpo… que la memoria a veces es engañosa pero el cuerpo recuerda a través de las marcas que el tiempo deja. Vos estás acá y allá, entre libros y vestidos que me pruebo para sentirme más cerca. (Luciana Laski).

Un día me llevaste a pasear por Puerto Madero y me hiciste un resumen exhaustivo de la historia política de la Argentina algo que, hasta hoy, nadie más ha hecho. Me contaste que Illia fue el mejor presidente y después fuimos a merendar. Hasta hoy me seguís enseñando cosas (Vera Armus).

Nuestro vínculo siempre fue uno vivido a través de episodios cortos e intensos, juntando un año entero en un par de semanas, acá o allá. Momentos cariñosos, intentos fallidos de acortar todas las distancias que nos separaban —la edad, el idioma, la geografía—. […] Me cuesta […] la sensación de que todas esas distancias nos han dejado con algo menos profundo (Teo Armus Laski).

Sofía con sus nietes

Sofía con sus nietes. Cortesía familia Laski