El director de cine Fernando Birri murió a los 92 años en Roma, donde estuvo exiliado durante los últimos años. Este maestro, considerado como el padre del Nuevo Cine Latinoamericano, fue fundador de las legendarias Escuela de Cine de Santa Fe y de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, en Cuba, y fue muy amigo de la Asociación Cultural Israelita Argentina “I.L.Peretz” de Santa Fe, que forma parte de la Federación de Entidades Culturales Judías de Argentina (ICUF Argentina).

Unos años atrás, de hecho, se le entregó el premio Ana Frank –una mascarilla de arcilla realizada por el artista plástico Dante Perez– en reconocimiento a su labor como cineasta y como educador en diferentes espacios artísticos y socio culturales. Birri tenía un profundo compromiso con las mejores causas humanistas. Junto a Gastón Gori y César López Claro conformó un espacio político e ideológico de libertad, estrecho con la realidad, al cual aportaron desde sus ópticas.

Fue uno de los creadores del Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral a fines de los años 50, que fue cerrado –de manera violenta– por la dictadura cívico miltar de 1976. El director tuvo que exiliarse y, sin embargo, siguió su labor en San Antonio de los Baños, Cuba, en la Escuela INternacional de Cine y Televisión, que fundó y donde fue su director, un disparador que propició el surgimiento del Nuevo Cine Latinoamericano.

En 2004 fue homenajeado por el Festival de Mar del Plata y en Roma . En 2010 recibió el premio de honor del Festival Internacional de Cine de Innsbruck, Austria, en reconocimiento a su trayectoria e influencia sobre dicho festival. Ese mismo año recibió el Cóndor de Plata a la trayectoria, de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo homenajeó en Roma, en 2015, por «su inclaudicable aporte al cine nacional y latinoamericano» y anunció entonces la remasterización y digitalización de su obra.

Su primera película, el mediometraje «Tire Die», fue realizado en la Escuela Documental de Santa Fe, en 1958. Dos años después, en 1961, dirigió «Los inundados» que resultó premiado en el Festival de Venecia. También filmó «Mi hijo el Che», «Un señor muy viejo con unas alas enormes», «El siglo del viento», «Rafael Alberti, un retrato del poeta». Se trata, en definitiva, de una gran pérdida para el conjunto de la cultura nacional, democrática, popular y militante.

Fue autor, además, de los manifiestos: “Por un cine nacional realista, crítico y popular”, “Por un cine cósmico, delirante y lumpen”, “Por un nuevo, nuevo, nuevo cine latinoamericano”, “Por un cine teleasta de Tres Mundos con el 2000: trabajadores de la luz”. También están como testimonio de su talento literario sus libros de poesía: Horizonte de la mano, Inmóvil dure el alma y Condecoraciones del otoño. Fue dibujante, pintor y escultor. Lo atestiguan sus exposiciones. La última, por ejemplo, Metáforas de la luz, de pintura, poesía y cine. Fue en Roma y como lema tenía: “La materia de nuestro arte es la luz. Nuestro arte se construye con la luz solar, volténica y electrónica que sean. Somos trabajadores de la luz”.

Saliste de aquel río,

de sus largos e internos litorales.

En donde casi pierde las orillas.

gran Paraná argentino,

de ciudades y selvas,

insomnes yacarés, pájaros arcoiris,

troncos resbaladores por sus aguas,

hombres en soledad o fustigados.

Todo aquello por siempre permaneció en tus ojos

hasta el día en que luego, algo más tarde,

lo volcaste en la luz, en las movidas

susurrantes penumbras de las sales del mundo.

Hoy,

con tus llovidas barbas de monje tibetano.

Tu recogida trenza y altura conseguida,

puedes mirar, mirarte

y ver cómo te miran y sienten al unísono

en tus vivos espacios de imágenes tangibles.

Rafael Alberti, Madrid, 1983

Fuentes: Fernando Birri por Osvaldo Bayer (artículo publicado en 2015 por Página 12, https://www.pagina12.com.ar/…/con…/13-270254-2015-04-11.html) y diario La Nación (2017)